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Occupy Mars, Occupy Law

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La colonización de Marte es un tema recurrente en el sector espacial. Pero recién en 2017, el CEO de la empresa norteamericana SpaceX, Elon Musk, presentó un plan concreto para colonizar el planeta rojo y, de este modo, convertir a los humanos en una especie multiplanetaria (podés ver el video de la presentación acá o un resumen acá).
La compañía aeroespacial planea una misión tripulada que despegaría de la Tierra en el 2024 y cuyo pasaje costará cerca de 500.000 dólares, e incluso podría bajar hasta los 100.000 dólares dependiendo del volumen y la demanda.

Starship (anteriormente conocida como BFR), será la nave interplanetaria elegida para llegar a Marte. Musk explicó cómo serán el sistema de transporte y el lanzador multi-etapa reutilizable que permitirán lograr este objetivo. El lanzador y el “módulo interplanetario” serán tan largos como dos aviones Boeing 747 (ergo, muy grande) y podrán llevar, inicialmente, hasta 100 pasajeros. 

Ahora bien, junto con las problemáticas de índole tecnológica que presenta un proyecto de semejante envergadura, también se generan una serie de interrogantes legales. Para algunos de ellos existen respuestas, pero para muchos otros no.
 
 Vamos por partes. ¿Qué leyes se aplican en Marte?
 
Lo que se aplica es un Tratado aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas llamado Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del Espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes -Tratado del Espacio, para los amigos-, que entró en vigor en 1967. Base jurídica general para la utilización del espacio ultraterrestre con fines pacíficos, este Tratado proporcionó un marco para el desarrollo del Derecho en ese ámbito y es considerado la Carta Magna del espacio.
Este Tratado se inspira en las grandes perspectivas de la humanidad como consecuencia de la entrada del hombre en el espacio y reconoce el interés general de toda la especie en el proceso de su exploración y utilización con fines pacíficos.
 
Otros cuatro tratados celebrados con posterioridad desarrollan y amplían ciertos conceptos incluidos en el Tratado del Espacio. Estos son: el Acuerdo sobre el salvamento y la devolución de astronautas y la restitución de objetos lanzados al espacio ultraterrestre (1968); el Convenio sobre la responsabilidad internacional por daños causados por objetos espaciales (1972); el Convenio sobre el registro de objetos lanzados al espacio ultraterrestre (1976); y el Acuerdo que debe regir las actividades de los Estados en la Luna y otros cuerpos celestes (1984).
 
 Pero… ¿es legal lo que intenta hacer Elon Musk?
 
En principio, sí. Según establece Artículo I del Tratado de 1967, el espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes estarán abiertos para su exploración y utilización a todos los Estados, sin discriminación alguna, en condiciones de igualdad y en conformidad con el derecho internacional, y habrá libertad de acceso a todas las regiones de los cuerpos celestes.
 
¿Pero cómo se aplica este Artículo si SpaceX es una empresa privada y no un Estado? El mismo Tratado aclara que las actividades de las entidades no gubernamentales en el espacio estarán permitidas, pero deberán ser autorizadas y fiscalizadas constantemente por el pertinente Estado Parte en el Tratado, en este caso, EE.UU. 
 
Es decir, tanto SpaceX como cualquier otra empresa privada pueden establecer una colonia permanente en Marte, siempre y cuando se respete lo establecido en el Tratado del Espacio.
 
¿Qué es lo que no puede hacerse?
 
Lo que no está permitido es reclamar como propio ningún cuerpo celeste, ni parte del territorio sobre él. Es decir, que el planeta rojo no puede ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera.
Según el Tratado del Espacio, SpaceX tampoco podrá colocar armas de destrucción masiva o establecer bases, instalaciones y fortificaciones militares, efectuar ensayos con cualquier tipo de armas ni realizar maniobras militares.
 
 ¿Y si se comete un delito?
 
Pensemos que una persona mata a otra, camino al planeta rojo, o incluso estando allí. ¿Las leyes de qué país se aplican? En este caso, la respuesta es simple: la jurisdicción de los Estados se extiende también a los objetos lanzados al espacio y al personal que compone la tripulación y los cuerpos celestes. Aunque, como aclaramos anteriormente, estos últimos no puedan en ningún caso ser objeto de soberanía o apropiación de ningún tipo. Esta extensión de jurisdicción encuentra su fundamento en lo establecido, en primer lugar, en el Artículo VIII del Tratado del Espacio, donde se afirma que “el Estado Parte en el Tratado, en cuyo registro figura el objeto lanzado al espacio ultraterrestre, retendrá su jurisdicción y control sobre tal objeto, así como sobre todo el personal que vaya en él, mientras se encuentre en el espacio ultraterrestre o en un cuerpo celeste”. La figura jurídica que se aplica es similar a la del derecho marítimo. 
 
Por otro lado, el Convenio sobre el registro de objetos lanzados al espacio ultraterrestre, en su artículo II, otorga a los Estados Parte la jurisdicción y el control sobre estos objetos y, cuando la haya, sobre su tripulación.
 
Ahora bien, la hipótesis que planteamos podría complicarse -e incluso quedar sin respuesta- si los protagonistas del delito ocurrido en la nave espacial de Musk fueran de países distintos. Este tipo de caso (para angustia de los ansiosos) lo analizaremos en otro post. 
  
¿Y si nace un bebé en Marte? 
 
¿Qué pasaría si dos astronautas se enamoran en Marte y decidieran tener un marcianito? ¿Qué nacionalidad tendría? ¿Sería marciano, norteamericano, colorado, de Racing? 
 
Para responder a este tipo de interrogantes existe un antecedente en la Tierra y son los bebés nacidos en la Región Antártica, donde se aplica un régimen jurídico similar al del espacio ultraterrestre. Allí ningún país puede ejercer la soberanía sobre ese territorio. 
 
Entonces, lo importante acá sería la nacionalidad de sus padres. Si ellos fueran norteamericanos o argentinos, se transmitirá automáticamente su nacionalidad al bebé. Pero esto no funciona así en todos los Estados. Existen muchos países donde la nacionalidad no se transmite de forma automática ¿Qué se hace en este caso? Bueno, no está claro, pero podría utilizarse una interpretación analógica de la extensión de la jurisdicción de la nave a la base marciana y, por lo tanto, dar esa nacionalidad al bebé. De esta manera, entonces, el bebé en cuestión sería norteamericano o argentino.
 
 Marte, ¡allá vamos! (¿Llevamos un abogado?)

Durante mucho tiempo, la actividad espacial fue impulsada por los Estados (principalmente, por países desarrollados). Sin embargo, en la actualidad, y gracias al acelerado avance científico-tecnológico, el sector privado se convirtió en el principal actor de la nueva carrera espacial. Es importante enfatizar que tanto este sector, como los Estados u organismos internacionales, deben conocer de antemano, la regulación jurídica a que estarán sujetas dichas actividades, sus alcances y obligaciones, las condiciones en las que deben actuar y a qué régimen de responsabilidad estarán sometidos.

A su vez, en este nuevo contexto, el derecho del espacio enfrenta múltiples desafíos, entre los que mencionamos:

a) la responsabilidad por daños causados durante las actividades espaciales y casos de jurisdicciones concurrentes;

b) el impacto de la comercialización y privatización de determinadas actividades espaciales;

c) las disputas en materia de propiedad intelectual y transferencia de tecnología;

d) la contaminación de órbitas bajas por causas vinculadas a la chatarra espacial;

e) la utilización sustentable del espacio ultraterrestre, como la saturación de las distintas órbitas;

f) la regulación de los recursos naturales en el espacio (minería de asteroides);

g) los aspectos legales del turismo espacial;

i) funcionamiento de la Economía y moneda de cambio.

Estos interrogantes jurídicos sin respuesta, inevitablemente, van a multiplicarse en el corto plazo, y el derecho espacial deberá dar respuesta a ellos.

Como suele decirse, el espacio es la última frontera, pero también los son las leyes que regulan su exploración y utilización. Por lo tanto, en este nuevo escenario de enormes cambios y desafíos, el rol del derecho espacial será garantizar un enfoque racional y responsable de la exploración y utilización del espacio ultraterrestre en beneficio de toda la humanidad. Para ello, será clave alentar la educación del derecho espacial, tanto en las carreras de grado como de posgrado, para garantizar la disponibilidad de profesionales capaces de encarar estos interrogantes y brindar respuestas que demanda el sector.